Avatar sucks

Empezamos el año calentitos. Hoy la crítica de Avatar:

Avatar es una soberana mierda.

Tenía pensado poner esta frase y quedarme más ancho que largo, pero prefiero dar explicaciones, porque yo se las pediré a James Cameron (de hecho, los terroristas dan sus razones por sus atentados, por lo tanto...).

Antes de nada, a modo de preámbulo, quién me conoce sabe que yo me contento con CUALQUIER cosa. La canción más chorra, la peli más sencilla pero divertida, me tienen alegre, y no son pocas las veces que me dicen que parezco una aspiradora que me lo trago todo y me encanta, cosas que otros no soportan. Así que sirva para que veais lo grave del asunto.

La historia es mala. Y repetida hasta la saciedad. Y ridículamente ecologista. E hipócrita. Y sosa. Y muy mala, que ya lo había dicho, pero creo necesario remarcarlo.

La empatía con los personajes es nula. Lo único que me apetecía era agarrar a Sam Worthington y llevármelo a algún huerto deforme de Pandora a hacerlo un hombre. Mi adorable Zoë Saldana no sale en carne y hueso, y no me mola el giro final del personaje de Sigourney Weaver. El de Bones no sale casi, y Michelle Rodríguez, como siempre haciendo el mismo papel durante toda su vida (con el mismo final para su personaje as usual).

Los avatares dan asco. Tienen la misma nariz de Belén Esteban, y son feos, pero feos, sobretodo de cara. Algunos parecen actores famosos como Sigourney Weaver o Sam Worthington y otros parecen sencillamente cadáveres azules. Mención especial para los enemigos que da ASCO de verlos. Diseños ridículos de niño de tres años que le pone 2 ojos a un pterodáctilo deforme.

Los escenarios son lo único bonito, pero queda ensuciado por TODO lo demás.

El rollo ecopijo este que se llevan es muy divertido, sobretodo por el doble rasero de "oh, los militares son malos, quieren talar el árbol de los cojones, pero hagamos una escena bélica que lo flipas con disparos y fuego y explosiones que todos hagan OOOOHHH".

En fin, que he venido incluso asustado de lo poco que me ha gustado.

Pero no nos quedaremos con mal sabor de boca, porque lo que me ha mantenido en pantalla espectante de ver esos ojazos (y algo de pectoral) ha sido esto:

I (L) Sam