Hace poco que me he vuelto a enganchar a Chuck. Y no sé porqué dejé de leerle, cuando hace un año me estrené con Nana, toda una road movie atípica...
Retomé de nuevo Monstruos Invisibles, una historia sobre supermodelos, travestis y gays deformados, todo explicado de una forma muy explícita, pero con ese marco contextual tan estupendo que es el mundo de la moda y la belleza, muy a lo Melrose Place y Sensación de Vivir. Y es ese aspecto que de tan frívolo se convierte en una crítica feroz a un mundo al que creemos dominar pero que nos sobrepasa por completo. La obsesión por la belleza, por ser perfectos (o, como mínimo, aparentarlo) y aconseguir el sueño americano (da igual no vivir allí para soñar con él) nos domina en esta sociedad capitalista y caprichosa a la que sólo nosotros podemos poner límite (os lo dice el rey de los caprichos, pero dentro de lo que me puedo permitir).
Hoy me levantaba con la noticia que una supermodelo de Europa del este se había tirado de un noveno piso en pleno centro de New York City. Podría ser el inicio del próximo libro de Chuck, que desencadenaría una serie de acontecimientos y desvelaría secretos jamás contados de los protagonistas.
Ahora he empezado Rant, una historia en forma de "documental" en la cual diferentes personajes nos hablan del protagonista. Muchos le insultan, otros le adoran, y la mayoría no coincide entre sí, pero ese formato tan dinámico de pasar de leer la opinión de la madre de Rant a la del mejor amigo en cuestión de líneas completa la historia de una forma totalmente diferente a lo que estamos habituados con una novela en la que los acontecimientos se suceden de forma normal. Adoro conocer la apoteósica y épica historia de Rant desde el final, sin entender nada, porque de esa forma cada pequeña pastilla de información que leo completa el puzzle de su vida, y os aseguro que consigue implicarme en la trama más que cualquier otra forma de presentación.
Me encanta consumir a Chuck Palahniuk, bien crudo y sin miramientos...
Retomé de nuevo Monstruos Invisibles, una historia sobre supermodelos, travestis y gays deformados, todo explicado de una forma muy explícita, pero con ese marco contextual tan estupendo que es el mundo de la moda y la belleza, muy a lo Melrose Place y Sensación de Vivir. Y es ese aspecto que de tan frívolo se convierte en una crítica feroz a un mundo al que creemos dominar pero que nos sobrepasa por completo. La obsesión por la belleza, por ser perfectos (o, como mínimo, aparentarlo) y aconseguir el sueño americano (da igual no vivir allí para soñar con él) nos domina en esta sociedad capitalista y caprichosa a la que sólo nosotros podemos poner límite (os lo dice el rey de los caprichos, pero dentro de lo que me puedo permitir).
Hoy me levantaba con la noticia que una supermodelo de Europa del este se había tirado de un noveno piso en pleno centro de New York City. Podría ser el inicio del próximo libro de Chuck, que desencadenaría una serie de acontecimientos y desvelaría secretos jamás contados de los protagonistas.
Ahora he empezado Rant, una historia en forma de "documental" en la cual diferentes personajes nos hablan del protagonista. Muchos le insultan, otros le adoran, y la mayoría no coincide entre sí, pero ese formato tan dinámico de pasar de leer la opinión de la madre de Rant a la del mejor amigo en cuestión de líneas completa la historia de una forma totalmente diferente a lo que estamos habituados con una novela en la que los acontecimientos se suceden de forma normal. Adoro conocer la apoteósica y épica historia de Rant desde el final, sin entender nada, porque de esa forma cada pequeña pastilla de información que leo completa el puzzle de su vida, y os aseguro que consigue implicarme en la trama más que cualquier otra forma de presentación.
Me encanta consumir a Chuck Palahniuk, bien crudo y sin miramientos...
El formato me gusta (como "El sexo de los Ángeles" de Terenci), el autor me encanta, la temática me gusta...
Pero algo falló y el libro me aburrió, lo dejé a medias.
Luego te toca "Fantasmas".