Hay experiencias que marcan en la vida. A todos nos gusta la música, o los libros, o el cine o, en este caso, los videojuegos. Pero todos estaremos de acuerdo en que no son muchos los libros, discos, películas o juegos que dejan huella en nuestra memoria. Porque explicar historias no es fácil, y mucho menos contar cosas que nos emocionen y nos arranquen las lágrimas.
Una melodía bonita puede convertir a cualquier letra en un temazo; un libro se apoya en la imaginación; una peli en el buen hacer de los actores; pero un vídeojuego lo tiene difícil. Algo creado por ordenador como puede ofrecernos emociones tan intensas? Pues lo han conseguido y, evidentemente, no ha sido GTA IV sino otro 4, el de Metal Gear Solid 4: Guns of The Patriots.
Solid Snake ha muerto. Se confirmó cuando el título fue presentado, y todos sabíamos que pasaría, pero nunca estamos lo suficientemente preparados. Se han atado todos los cabos de una forma magistral, con un argumento futurista pero terriblemente creíble, una banda sonora de dimensiones poco más que épicas, una interpretación de los dobladores que supera todo lo visto y oído.
Es decir, que nos encontramos ante un producto que tiene lo mejor del cine, de la música, de los libros, pero con algo que no tiene ninguno de los anteriores: la interactividad. Sólo quien haya jugado al juego puede entender cómo de importante es vivir los acontecimientos en primera persona, en decidir qué camino escoger y llevar a cabo la misión.
Y es que que en la última escena jugable - en la cual accedemos al escenario final - el juego consiga hacerme llorar tiene delito.
Es épico. Es grande. Es el fin de una serpiente. Y quizás el inicio de algo más...
Os regalo la canción final, que si no os pone los pelos de punta es que no teneis sangre en las venas: Here's to You:
Una melodía bonita puede convertir a cualquier letra en un temazo; un libro se apoya en la imaginación; una peli en el buen hacer de los actores; pero un vídeojuego lo tiene difícil. Algo creado por ordenador como puede ofrecernos emociones tan intensas? Pues lo han conseguido y, evidentemente, no ha sido GTA IV sino otro 4, el de Metal Gear Solid 4: Guns of The Patriots.
Solid Snake ha muerto. Se confirmó cuando el título fue presentado, y todos sabíamos que pasaría, pero nunca estamos lo suficientemente preparados. Se han atado todos los cabos de una forma magistral, con un argumento futurista pero terriblemente creíble, una banda sonora de dimensiones poco más que épicas, una interpretación de los dobladores que supera todo lo visto y oído.
Es decir, que nos encontramos ante un producto que tiene lo mejor del cine, de la música, de los libros, pero con algo que no tiene ninguno de los anteriores: la interactividad. Sólo quien haya jugado al juego puede entender cómo de importante es vivir los acontecimientos en primera persona, en decidir qué camino escoger y llevar a cabo la misión.
Y es que que en la última escena jugable - en la cual accedemos al escenario final - el juego consiga hacerme llorar tiene delito.
Es épico. Es grande. Es el fin de una serpiente. Y quizás el inicio de algo más...
Os regalo la canción final, que si no os pone los pelos de punta es que no teneis sangre en las venas: Here's to You:
Apoteósico!
Amo a Solid, amo a Jack, amo a Akiba, amo a Meryl, amo a David, amo a John, amo a Sunny, amo a Otacon, amo a Mk. 22, amo a Kojima...
¡Pero sobre todo amo a Naomi!
La canción es preciosa, no me extraña, la música es de Ennio Morricone y los arreglos de Harry Gregson Williams ( a que Wikipedia mola)