The day that PSN died



Me fui de puente el jueves 21. Ese mismo día, la PlayStation Network, es decir, toda la infraestructura online de las consolas de Sony, se vino abajo. Al más puro estilo 11M, las primeras hipótesis apuntaban a ETA Anonymous, el grupo este que da por culo haciendo alarde de la manifestación 2.0: desde casa con la coca cola y los ganchitos que no falten. Pero no, resulta que al final han sido Alqaeda los hackers que en su día (no hace mucho) desvirgaron a la consola y la hicieron más vulnerable que los compositores de Like A Virgin cuando se encontraron el trabuco que les inspiró la letra.

El caso es que Sony lleva una semana con Internet apagado. No puedes conectarte, ni jugar online, ni ver tus datos, ni enviar mensajes, ni comprar, ni alquilar pelis. Lo que viene siendo un drama en toda regla. Hace no mucho, un 1 de abril, el reloj interno de PS3 se volvió locatis y hizo que todas las consolas dejaran de funcionar durante un día. El mundo se puso más apocalíptico que el video de la alcantarilla de Britney, pero todo se solucionó.

Por lo visto es un tema de la seguridad en las compras, que los hackers podían acceder a todo el catálogo online gratis y claro, no está bien.

Recuerdo cuando no existía Internet en las consolas. Cuando no había trofeos, ni partidas guardadas, ni checkpoints ni nada. Sólo tu y el cartucho. La verdad es que lo recuerdo con melancolía, pero no me las voy a dar de cultureta, que eso se quede ahí y quien quiera revivirlo que se joda. Ahora los juegos son diferentes, el online ya no es solo para los FPS, ahora puedes jugar a Little Big Planet, e incluso a aventuras cooperativas como Resident Evil 5 o Uncharted 2. También adoro cuando llega el miércoles y suben contenidos, trailers, demos, juegos, pelis, y sobretodo (esto lo sabrán mis amigos de Facebook) me encanta compartirlo todo. Mis trofeos, compras, etc.

Así que espero que lo arreglen pronto, porque jugar sin internet (ya lo hice durante semanas cuando me vine a este piso) es como jugar con una mano.