3rd Birthday


Recuerdo tener 13 años, comprarme mi primera revista oficial de PlayStation (aun un par de meses antes de tenerla, yo iba preparando el terreno) y ver un pantallazo de un juego que jamás iba a llegar a Europa. Se llamaba Parasite Eve, y era el Resident Evil de Square (sin el Enix entonces). Aya Brea era una policía japoamericana que se iba a la ópera y la gente empezaba a arder en pleno NYC.

Así se desataba una saga sobre mitocondrias, hermanas gemelas, experimentación genética que tuvo mucha repercusión en Japón y USA pero aquí no le vimos el pelo. No fue hasta Parasite Eve 2, con una estética menos atractiva y una jugabilidad mejorada, que sí que lo pudimos catar en Europa.

Ahora nos llega el tercer capítulo. No oficial, porque el título es The 3rd Birthday, pero ahí está. Un shooter en tercera persona con toque RPG. De hecho ha vivido la misma evolución que la saga que mimetizaban. Cuando Resident Evil iba de fondos prerrenderizados, Parasite Eve también. Ahora que la saga de zombies es disparar por un tubo, también lo es la de Square Enix.


Aya ahora se mete en una especie de máquina en la que su mente viaja en el tiempo en momentos clave de la historia de NYC y el ataque mitocondrial que sufrió en 2011-12-13.

Lo genial es que aunque seamos Aya nunca seremos ella. Siempre seremos soldados que lucharon en el frente pero con el aspecto de la sexy ex policía, a la que rescataron amnésica vestida de boda (WTF). Y lo más divertido es el Overdive, con el que apretando triángulo podremos cambiar de personaje y ser cualquiera de los soldados que estén jugando en ese momento. Así nos ahorramos curarnos etc. Y podemos usar muchas armas y un potente ataque que nos mete dentro del enemigo y le quema por dentro, como aquella de Física o Química.

3rd Birthday es un arcade genial, con toques de RPG que viniendo de Square Enix pues se agradecen, con una historia enrevesada y peliculera pero con una estética brutal, unas escenas animadas más que potentes. Y eso que aún no he llegado a la famosa escena de la ducha!