The Chicago Code

Hace una semana me enteré de que se estrenaba una nueva serie policíaca ambientada en la ciudad que me acogió este verano: Chicago. Es curioso porque cuando me iba a ir, pensé en series o películas ambientadas en la Windy City y pocas me venían a la mente. La boda de mi mejor amigo, Cosas de casa, las últimas Batman... pero ninguna mostraba la ciudad como lo hace esta serie.

Como se suele decir con Manhattan en muchas ocasiones, la ciudad es un personaje más de la trama. Y en este caso que suceda en Chicago es básico porque las historias que cuentan no podrían suceder en cualquier otra ciudad. O sí, pero no estarían tan bien.

Puede echar para atrás esta descripción, pero a mí me ha parecido un The Wire en versión Fox, es decir, olvidaos de tacos y fuck fuckity fuck como aquella impresionante escena de la ya mencionada Wire. Pero el concepto es el mismo: muchos personajes, cada uno con su historia, su carácter, su cargo, pero con un denominador común: unirse para terminar una trama de corrupción urbanística que, por supuesto, no está al nivel del caso Mariah pero casi.

La maravillosa y siempre espectacular Jennifer Beals encarna a la nueva superintendente de la ciudad, o como ella misma dice: la policía con más rango de todo Chicago. Es el clásico tópico de buena persona empeñada en hacer el bien, caiga quien caiga, sin preocuparse de caer bien a los compañeros sino de hacer bien el trabajo. Es decir que las va a pasar canutas.

Luego está su mejor amigo, el clásico detective que trabaja a su manera, aunque consigue resultados, claro, y sobre todas las cosas está Matt Lauria, que es mi nuevo amor. Este hombre que parece un cruce entre lo mejor de Jesse Eisenberg y lo mejor de Chris Evans es el detective nuevo, con mucha intuición y que, esperemos que dure mucho y salga sin camiseta.

No pude poner más veces pausa en el capítulo porque cada plano de la ciudad lo reconocía. Me encantó que saliera la primera plaza en la que emergí desde el metro, la fuente de Buckingham en Grand Park, la Magnificient Mile y muchos más planos, incluso en los suburbios, que llegué a reconocer.

Si además tenemos en cuenta que es una serie ágil, compleja en cuanto a trama pero que nunca te deja descansar, tenemos una muy buena serie policíaca entre manos. A ver cómo se desarrolla a través de las semanas.