You're the reason I'm leaving

Creo que todo el mundo lo sabe ya, pero no me quedaré sin contarlo en el blog: dejo el curro. Lo dejo porque quiero y porque puedo y porque difícilmente habrá otro momento en el que pueda decidir tan alegremente.

Al final han sido un cúmulo de cosas, pero el que me ha confirmado que no puedo con todo es el hecho de que me iba a meter en un proyecto en el que tendría que estar 4 horas en una punta de BCN, 4 horas en la otra y el resto del día en medio en Sants haciendo clase.

Por poder podría. Si no tuviese amigos, novio, ni me gustara la música, la lectura o los videojuegos. O incluso si viviera en Barna, pero como no es el caso, no me veo con la capacidad de afrontarlo todo. Así que en una semana termino mi trabajo como gestor de contenidos, que ha tenido momentos altos, otros muy bajos pero me deja un bagaje y una experiencia en el mundo de la empresa privada más que interesante.

Y por eso mismo, antes que aventurarme a la vida 100% laboral quiero arriesgarme y seguir probando. Mi facultad goza de unos convenios que ya quisieran muchos, así que empezaré por ahí. Y quizás me apunte a una bolsa de trabajo de biblioteca pública ámbito que, sorprendentemente para quién sepa como es mi manera de ser, aún no he tocado.

Para adornar una temporada oscura, el sábado me enteré de una cosa muy triste que le ha pasado a una de las personas que más quiero en el mundo y que involucra a otra que también adoro con locura. Y es un rollo que pasen estas cosas, pero una vez han pasado hay que dejarlas reposar y luego decidir lo que sea mejor para ellos.

Sea como sea, el futuro está por delante, y aunque no sabemos qué nos depara, somos nosotros los que dirigimos nuestra vida hacia él con el objetivo - en principio - de ser felices. Y no nos hemos de alejar de aquello - o aquellos - que nos hagan felices.