Ayer nos fuimos a ver la secuela de Tron. Mis únicas referencias eran las de su aparición estelar en Kingdom Hearts 2, porque la peli de los 80 no la he visto (aunque sé que debería).
Nos lanzamos a verla en 3D y fue un error importante, porque de 3D no hay NADA. Sólo os digo que antes de que empiece un aviso nos dice que hay muchas escenas rodadas en 2D expresamente, es decir, que nos avisa que no va a haber mucho 3D. Los efectos se limitan a un poco de profundidad en algunos planos y la única escena verdaderamente 3D es una en la que un personaje lanza unos objetos a cámara.
Pero vayamos a la peli: en la primera, Jeff Bridges, creador de una empresa de videojuegos muy famosa, desaparece sin dejar rastro. 20 años después, su hijo se decide a ir a ver las recreativas que abrió en su día su padre, y acaba metido en el mundo de Tron.
Mediante flashbacks podemos ver a un Jeff Bridges joven, y os preguntaréis, como lo hacen? con botox? pues no, por ordenador. Es espectacular ver como pueden coincidir en la misma escena personajes humanos y este Jeff Bridges virtual. Sólo se notaba si los planos se acercaban mucho cuando hablaba, pero la piel, los gestos y todos los detalles de un ser humano estaban ahí. Es algo que ya vimos hace 9 años en Final Fantasy : The Spirits Within, pero nunca deja de sorprender. Mi teoría es que en el futuro sustituirán a las actrices que, borrachas de botox, no podrán mostrar expresividad alguna en el cine, y tendrán que ser sus versiones virtuales las que lo hagan. Paradójico.
El prota está muy bueno y su love interest, llamado Quorra, también, que es mi mujer favorita del mundo actualmente, Olivia Wilde, una tía guapa hasta decir basta que actúa bien, pese a que el papel es un coñazo y no entiendes porque es tan tonta.
La peli es más larga de lo que debería, y algo lenta. Siento ponerme mainstream, pero echo en falta más peleas y menos planos generales, ni que esto fuera La Guerra de los Clones! La historia avanza a pasos de tortuga para, total, descubrir que pasará justo lo que imaginabas. Más de una y dos veces nos encontramos Alex y yo susurrándonos "ahora pasará esto" y el otro pensaba "joder, pienso lo mismo" y luego, evidentemente, pasaba.
Aún y así, os la recomiendo encarecidamente, porque ver a Olivia Wilde vale la pena, la BSO es apabullante (cameo de Daft Punk incluído) y porque está muy cuidada estéticamente.
Antes de verla, pensé en retomar el blog para hacer una crítica. Pero paso, todo lo que tengo que decir ya lo puse al hacer check-in en Miso: "Suerte de la música apoteósica y del prota buenorro."
Que se lo hagan mirar...