Gracias a Hacienda y a que en Game etiquetan con el culo me hice el otro día con un juego nuevo a precio de lujo.
Motorstorm Apocalypse es la tercera entrega de una saga que me encanta pero que nunca he comprado. De los dos primeros probé sendas demos y me encantaron, pero no era el momento y eran muy caros. Luego probé de mi ex el de PSP que era como de nieve muy cuqui y ahí me enganché.
Y ahora llega Apocalypse, que coge el concepto de juegos de carreras y se lo pasa por el forro. Y a mí que hagan eso me encanta. Con una historia simplona pero que engancha sobre fines del mundo, etc. tenemos a nuestra disposición un copón de circuitos que son especiales por una razón: no hay dos vueltas iguales. Mientras en la primera vuelta pasamos por ahí que es estrecho pero rápido, a la siguiente literalmente se nos caerá un rascacielos encima. Y ya puedes apretar el turbo, porque te pilla. O también un puente como el de San Francisco tambaleándose por un terremoto.
Es curioso que en esta tercera entrega, en la que los creadores deciden crear entornos urbanos, lo hagan para destrozarlos de una forma mastodóntica. Y no es nada fácil, y gráficamente es una locura. Me arrepiento de no tener una tele en 3D pero cuando lo haga, éste será el primer juego que ponga, os lo aseguro. Los vehículos también son dignos de admirar: desde motos a camionazos, pasando por quads y variantes diversas en plan Rally. Cada uno con sus pros y sus contras, claro.
No es un juego fácil, pero engancha, y eso para mí es todo. Hago mi gamberrada mayor: quito el volumen de la música (dejo los efectos de sonido a tope) y luego pongo mi iTunes a tope con una selección pastillera a más no poder.