Anoche celebramos no uno, ni dos, sino tres cumples simultáneos. El ataque de los Géminis no dio perdón (recordemos que son bipolares, así que fue como celebrar seis!).
La noche fue espléndida, sobretodo gracias a los excelentes sombreros que diseñó Esther para todos y cada uno de los asistentes (el mío incluía la versión en niño chino de Juanita Solís, creo que eso lo resume todo). También agoté las reservas de sangría, necesito urgentemente la receta de la tarta de galleta y nos quedamos con estas fantásticas instantáneas (una mínima muestra de toda una colección que no podrá salir jamás al ojo público):
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Los cumpleañeros tuvieron el increíble honor de soplar una tarta con un 427! No son vampiros, ni compañeros de clase de Marujita Díaz, sino que hubo la genial idea de unir los 24 que cumplían las damas con los 27 del caballero del medio. A destacar (datos de una relevancia pasmosa) que la vela del número 4 quedó casi inservible, y que el 7 incluía a Minnie Mouse un poco stripper-britney-gimme more.
El siempre terrorífico pueblo de Silent Hill hizo presencia con un monstruo que apareció con una extraña cabeza. Bueno, quizás soy yo con una pelota de estas de papel que se cuelgan, pero tiene su aquel...
Y por último, la estrella de la casa, el niño de Esther y Guille. Un robotito de Sony que baila al ritmo que le programes, que abre sus tapas, emite música y luces y mola demasiado. Si no fuera por la crisis, Alex y yo adoptaríamos uno...
Fue genial, buena comida, excelentes regalos y mejor compañía. Soy fan de las cenas cumpleañeras conjuntas. El año que viene hay que repetirlo, que quiero soplar 528 velas!
PD: Quiero un iEgg de esos!
jajaja
el año que viene los 528 juntos, porque para nosotros no pasan los años sino los siglos!
bueno, fue una noche genial y por eso el domingo estaba afonica y resacosa perdida, pero vamos valió la pena por todos los regalazos y las risas que no tienen precio, ya saldrán las fotos...
y viva mi Rolly chiquitín!!