Fíjate tú que el martes por la noche descubrí que la homosexualidad se regala.
Resulta que el intérprete de "1,2,3, un pasito palante María" o "Jaleoleoleoleoleoleo", conocido como Enrique Martín y aún más conocido como Ricky Martin ha reconocido que dónde esté una buena butifarra carnosa que se quite la almeja más sabrosa. Vamos, lo que todo el mundo sabía desde hace lustros pero no se podía comentar.
Personalmente me parece alucinante que a estas alturas de la película esto sea noticia, pero daré por hecho que en sudamérica es algo que popularmente no está aún bien visto. Pero joder, Ricky Martin es muy internacional, ha visto mundo y creo que podría haberlo dicho o habérselo callado y no aparecer dándoselas de hetero con gitanas reshulonas que le daban el mismo morbo que su madre.
Viendo el fantabuloso estereotipo de maricona niña bien comentarista de programa del corazón de Telecinco, es evidente que aquí la cosa está normalizada. Normalizada en el sentido de que ahora todo el mundo piensa que los maricas somos así, nos gusta hablar de Belén Esteban, maquillaje y ahora, oh dios, Ricky Martin.
Por otro lado, me encantan las declaraciones de las divas de medio pelo en plan "adoro a mis fans gays, son unas maravillosas personas y siempre que puedo les regalo mis vestidos para que se los pongan!". Tampoco creo que tenga que descubrirle a nadie que hay maricas de todo tipo. Y sobretodo, y eso me alegra, no todos son buenas personas.
Porque hayamos sido una minoría insultada, asesinada y repudiada durante siglos no quiere decir que todos seamos adorables y se nos tenga que tratar con mimo. Seguro que hay maricones maltratadores, incultos, maleducados, bordes, amargados y que dan asco. Pero no hay que pegarles por ser gays, hay que hacerlo por todo lo malo que tienen.
Y por esa misma razón no se nos debe tratar mejor ni que cada vez que un famoso salga del armario montar un circo. Porque, let's face it, todos sabemos porqué lo ha hecho Ricky. Porque tras no vender discos, que nadie comprase la revista donde salía adoptando niños, y tras unas declaraciones que no le importaron a nadie en las que insinuaba su bisexualidad, tenía que usar su última carta. Y de hecho, aquello que en los 90 no se podía decir para ayudar a su carrera, hoy lo ha soltado con el mismo objetivo. Porque está de moda decir que eres marica.
Me encanta que los gays nos reunamos y luchemos por nuestros derechos, hemos de permanecer juntos porque si no no nos hará caso nadie, pero tampoco quiero un trato de favor por ello. Como las feministas, que luchan por la "igualdad" cuando lo que quieren es una revancha contra los hombres y ese asqueroso concepto llamado "discriminación positiva".
El otro día leía en Asco de Vida una frase que me pareció muy representativa de todo lo que os he contado:
Hoy, soy gótico. Un gay que hay en mi clase me ha dicho que se alegra de que yo sea gótico y que la sociedad no me acepte. ADV
Y para terminar de una forma más positiva y menos criticona, os dejo con un libro que recién he empezado, robado vilmente de mi facultad y que devolveré pronto. Es un viaje por la historia gay de Catalunya con nombres y apellidos. Desde tiempos immemoriables hasta la actualidad, pasando por Àngel Guimerà, Margarida Xirgu o el eterno Terenci Moix. Ya os contaré qué tal.